Sevilla tiene un color especial (II)
Al día siguiente nos levantamos pronto para que nos cundiera un poco el día. Nuestra primera visita fue al Hospital de la Caridad que abre a las 9.00 horas. Los domingos es gratuito para los españoles. Fue sede de la Cofradía de la Caridad y además, durante un tiempo se dedicó a recoger a pobres y enfermos. Tiene un bonito patio, típicamente andaluz, y una iglesia con obras del pintor Murillo y esculturas de Pedro Rollán.
De ahí nos fuimos a la Catedral por si estuviera abierta, aunque se suponía que como era domingo no abría hasta las 14.00 horas. El resto de los días abre a las 11.00 horas. Al llegar vimos que si que tenía sus puertas abiertas. ¡¡Qué bien!! Pero nuestra alegría duró poco, pues resultó que estaba abierta porque había misa, por lo que la visita estaba bastante limitada. No nos quedaría más remedio que volver más tarde. Al salir rodeamos la catedral para poder verla desde todos los ángulos, y en esa vuelta, vimos un cartel en una de las puertas de entrada que avisaba que ese día no estaría abierta la Catedral ni la Giralda en todo el día porque había un acto.¡Qué suerte la nuestra!
Nuestra siguiente parada fueron los Reales Alcázares. La entrada cuesta 7,5 euros y hay visitas guiadas por el interior, pero no están incluidas en el precio de la entrada. Al llegar nos abordó un hombre, que resultó ser un guía para ofrecernos precisamente una de esas visitas guiadas en grupo. Tras pensarlo unos instantes, decidimos apuntarnos a la visita. El precio, 5 euros por persona.
Los Reales Alcázares reúne una serie de edificaciones que sus diferentes residentes habían ido realizando a lo largo de la historia. Gran parte de las construcciones son del siglo XIV, de estilo mudéjar y recuerda mucho a la Alhambra de Granada. En este sitio han vivido desde reyes árabes, los Reyes Católicos o incluso se han alojado los actuales Reyes de España cuando han estado en Sevilla, como en la boda de su hija la Infanta Elena. La visita guiada merece muchísimo la pena. Así que os la recomiendo si vais. Durante poco más de hora hora y media se recorren las diferentes construcciones. La visita guiada finaliza en los jardines que ya se ven por libre.
Al salir de los Reales Alcázares fuimos hasta el Hotel Alfonso XIII, un hotel de cinco estrellas que el rey Alfonso XIII mandó construir con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929. Como la curiosidad podía conmigo, entramos a preguntar cuánto costaba una habitación... Y la verdad es que para ser el hotel que es no nos pareció tampoco demasiado cara la tarifa. Suponemos que nos dieron precio de la habitación más normalita que tienen, pero la noche costaba 180 euros. Es un edificio muy bonito tanto por fuera, como por dentro.
Al salir del hotel eran casi las 13.30 horas. Como habíamos visto en el plano que nos dieron en el hotel que la Torre del Oro cerraba a las 14.00 y ya no abría hasta el martes, decidimos ir a verla. Cual fue nuestra sorpresa al llegar, que resultó que cerraban a las 13.30 horas, justo cuando llegábamos. Y aunque intentamos entrar, ya no nos dejaron. La Torre del Oro en la actualidad alberga el Museo de la Marina. No nos apetecía entrar por lo que hubiera dentro, sino por poder subir arriba y tener una panorámica desde ahí de toda la ciudad y del Guadalquivir, pero no pudo ser.
De camino a la Torre del Oro localizamos un bar que nos gustó y que tenía menú del día, pero aún nos parecía un poco pronto para comer, y decidimos hacer tiempo yendo a ver la Plaza de España. De camino vimos el Palacio de San Telmo, que se encuentra al lado del Hotel Alfonso XIII. En la actualidad es la sede de la Junta de Andalucía. Pero antes de eso, fue Colegio de Marina -ahí estudió Gustavo Adolfo Bécquer, que era sevillano-, y luego fue usado como residencia por María Luisa (hermana de la reina Isabel II) y su marido, los duques de Montpansier.
De allí seguimos avanzando hacia la Plaza de España, pero antes nos encontramos con la Universidad de Sevilla que se encuentra en lo que fue la Fábrica de Tabacos en el siglo XVIII.
Finalmente llegamos a la famosa Plaza de España. De mi anterior viaje hace años a Sevilla recordaba un poco este lugar. El edificio de la plaza fue el pabellón de España en la Exposición del 29. Por eso, tiene unos bancos que recuerdan cada una de las provincias de España. Se trata de uno de los lugares más bonitos a mi parecer de Sevilla.
La pena es que no pudimos disfrutar de todo el esplendor de este sitio porque estaba en obras de remodelación. De hecho, quisimos hacernos una foto en el banco de Canarias, pero justo esa zona estaba vallada.
La plaza tiene además un estanque y unos bonitos puentes. Justo al lado está el Parque de María Luisa,
antiguo jardín del Palacio de San Telmo. Dado que estaba todo en obras y
el hambre acuciaba a esas horas, decidimos dejar de ver el Parque.
Desanduvimos los pasos que habíamos dado para volver al bar que estaba
en la calle del Almirante Lobo. Creo recordar que se llamaba Iberia. No
es que sea un gran restaurante, pero su menú del día no está nada mal.
Tiene un precio de 10 euros y consiste en un primero, un segundo,
postre, bebida y pan. Además, el servicio también es bueno y te atienden
muy rápido.
(Continuará...)
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