lunes, 24 de septiembre de 2012

Setenil de las Bodegas.

teníamos las zonas que queríamos visitar bien definidas, primero iríamos a Setenil de las Bodegas en la provincia de Cádiz, y después a Ronda y a Júzcar, más conocido como el pueblo pitufo, ambos en la provincia de Málaga, una ruta de 330 kms en total.
 
 
Descubrí este lugar  me llamó mucho la atención así que, aprovechando la cercanía a Málaga decidimos ir a conocerlo. Setenil se encuentra a 135 kms del Camping Naturista Almanat, nuestro alojamiento durante estos días. A primera hora de la mañana pusimos rumbo hacia allí y, con un calor abrasador llegamos a Setenil sobre las 12:00 horas.
 
 
Entramos en Setenil por una carretera elevada desde la cual se tenían unas bonitas vistas del conjunto. Después, fuimos circulando por el interior de éste, pasando por sus estrechas callejuelas no sin poca dificultad y, no para nosotros, que con la moto no teníamos problemas pero, a los coches por según qué zonas el hueco se les hacía un tanto estrecho.
 
 
El casco histórico de Setenil fue declarado Conjunto Histórico Artístico y, la verdad es que el pueblo es de lo más pintoresco, con sus casitas pintadas de blanco está especialmente cuidado. El principal atractivo lo constituye el mismo pueblo, donde destacan las viviendas-cueva construidas aprovechando la disposición natural de la roca, siendo ésta la cubierta de gran parte de las construcciones.
 

 
Estas viviendas-cueva han llegado a ser denominadas semitroglodíticas por los espacios físicos donde se ubican, donde al parecer pudo existir un importante refugio natural de pobladores prehistóricos.
 

 
Dentro de Setenil las dos calles más típicas son la de las Cuevas del Sol y la de las Cuevas de la Sombra y, sus nombres van en función de la mayor cantidad de sol que reciben. Las Cuevas del Sol abren sus fachadas al sur y son más cálidas que las de la Sombra. Sin embargo, en el interior de las casas de ambas se mantiene un microclima muy peculiar que mantiene una temperatura fresca en verano y algo más cálida en invierno.
 
 
Otras calles destacadas son la calle Herrería y la calle Jabonería. La primera, la más antigua de la villa, recibe este nombre porque en algún momento albergó un taller de herrajes. En cuanto a la segunda, su nombre posiblemente está ligado a la existencia de alguna fábrica de jabón, algo común durante los siglos XVIII y XIX, o bien al hecho de ser un lugar donde habitualmente bajaban las mujeres a lavar la ropa. Las casas de ambas calles todavía mantienen su función como viviendas.
 
 
Encontramos aparcamiento próximo a las Cuevas del Sol y nos sentamos en la terraza del Bar Frasquito a tomar algo. El precio estupendo. Estuvimos de lo más tranquilos y frescos bajo una llamativa techumbre de piedra por 1€ por consumición, con tapita de olivas incluida.
 
 
Mientras Suso se quedada a la fresca y descansando yo fui a dar una vuelta por el pueblo. Me acerqué a las Cuevas de la Sombra, donde resulta curioso pasar por una calle cuyo “techo” es una gran roca. Esta zona cuenta con varias terrazas donde poder tomar algo ¡Como no! a la sombra.
 
 
Tras la pausa decidí dar un paseo por el pueblo. Desde las Cuevas de la Sombra subí por una calle cuya pendiente me hizo llegar arriba sudando y con la lengua de fuera y, después seguí callejeando sin demasiado rumbo.
 
 
Desde aquí llegué a una plazuela y tomé hacia la calle Calcetas, donde hay otra zona de viviendas-cueva bajo la roca un tanto apartada y menos turística pero muy llamativa.
 

 
Llegó un momento en que de pasar por tantas callejuelas, subir y bajar escaleras estaba perdida así que, tuve que pedir indicaciones para conseguir llegar de nuevo a las Cuevas del Sol.
 

 
Como podéis ver en las fotos el pueblo es una maravilla así que, si os acercáis a la provincia de Cádiz o, incluso desde Málaga, no dudéis en visitar Setenil de las Bodegas.
 

 
Y de ahí pusimos rumbo a Ronda y a Júzcar pero, estas entradas quedan pendientes para otra, que si no me extiendo mucho.
 
 

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